Hoy es 25 de noviembre 2020, día contra la violencia de género. Y no quiero dejar pasar el día de hoy sin daros las gracias.

Gracias por hablar, por quejaros, por luchar y por moveros. Por no sentaros, como dice Laura Albiol, por no conformaros, por no entrar en lo que se espera de vosotras, por no quedaros en el “que se pudran”.

Gracias por dedicar vuestro tiempo, vuestro espacio, vuestra profesionalidad, vuestra tremenda humanidad a las personas que están en el ámbito penitenciario.

Gracias por creer que otra manera de comportarse y sentir es posible. Gracias por creer en la reinserción, en la humanización, en la cercanía y en la empatía.

Gracias por creer en la educación como herramienta de cambio. Y no en el castigo. Pero, principalmente, gracias por no quedaros en las palabras y pasar a los actos.

Estamos un poco más cerca de conseguirlo y hoy quiero pediros que sigáis manteniéndoos de pie, aunque a veces sea muy duro y necesitemos sentarnos por un tiempo.

Gracias a las que seguís o habéis iniciado vuestro camino en CUPIF, por acercar lo humano a las prisiones y por luchar desde el foco, desde dentro.

Y gracias a las que ya no seguís, porque habéis allanado el camino a las que os siguen y porque todas seguís luchando directa o indirectamente.

Gracias a las que ya no estáis en CUPIF pero estáis metidas de lleno en este “mundillo” que genera tanta impotencia y a la vez tanta satisfacción, por los grandes resultados que se obtienen.

Gracias a las que no estáis en CUPIF pero os habéis volcado en los niños y en los adolescentes, porque os habéis ido al principio del camino.

No estáis solas.